viernes, 21 de junio de 2013

16 Jun 2013 12:30 pm | Sudaka

En un nuevo aniversario de los bombardeos a la plaza, no nos han vencido



Hubo un día que el odio tocó un punto cúlmine.
Hubo un día que el odio llegó a bombardear su propia plaza.

Corría Junio de 1955 y un grupo minoritario (aunque legitimado por distintos sectores de la sociedad) se reunía a conspirar en las mansiones, en las iglesias: Había que derribar al peronismo como sea. Y si eso implicaba bombardear su propia ciudad, no sería una problema. De hecho no lo fue, y 308 personas pagarían el costo de su odio. 308 personas de las que probablemente algunas ni siquiera eran peronistas, tal vez eran personas que trabajaban, que pasaban por ahí. Pero era un costo que aquella minoría poderosa estaba dispuesta a pagar. Todo valía con tal de derrocar a aquel "tirano". Resulta interesante pensar en aquel doble discurso. Un doble discurso que proponía vencer a un autoritario tirando bombas, es decir, con más autoritarismo aún. Curioso "tirano autoritario" aquel que su principal pecado había sido darle al pueblo olvidado la oportunidad de crecer, la oportunidad de recuperar la dignidad perdida por décadas de décadas. El odio provenía de aquellas minorías que se asqueaban con el olor a pueblo, ese que metía los pies y profanaba la fuente. Odiaban ver sus intereses afectados por los nuevos derechos laborales. Y el odio llevaría a las bombas, bombas legitimadas también por muchos partidos políticos: Como la Union Cívica Radical o el Partido Socialista. Poco tiempo después, Perón caía, pero el peronismo no. Más bien lo contrario, comenzaría una etapa de resistencia y de refortalecimiento. No era facil borrar al peronismo con un decreto, con una ilegítima nueva (y vieja a la vez) constitución. Perón y Evita ya se habían arraigado en el pueblo argentino. Y es por eso que indefectiblemente Perón siempre volvió, y también en el año 2003. Después de una década en la que se profanó realmente su nombre. Una década de traición en la que los descendientes de aquellas minorías volvieron a gobernar. Pero el peronismo en el que nosotros creemos (el de Perón y Evita) volvió aquel 25 de Mayo de 2003. Y hoy no hay bombas puede ser, pero si hay odio, pero si hay una minoría poderosa agazapada esperando su momento. Y ahora vuelvo a pensarlo: ¿Serían capaces de tirar bombas?... Tal vez bombas no, pero si serían capaces de dinamitar todo lo que logramos, como hicieron o trataron de hacer con aquel peronismo de 1955. Es por eso que tal cual dijo la jefa, debemos empoderarnos como pueblo. Debemos salir a la calle a defender nuestras conquistas, para no dar ni un paso a tras. Como hoy, como ayer y como siempre cantaremos:

A pesar de las bombas,
de los fusilamientos,
los compañeros muertos,
los desaparecidos,

NO NOS HAN VENCIDO!

Julián Goldin
Militante de La Néstor VIVE

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