sábado, 25 de enero de 2014

DEBATE Otra mirada sobre el ejército y el narcotráfico, por Juan Salinas

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El periodista criticó el artículo "La derecha mundial quiere al Ejército combatiendo al narcotráfico", del especialista Norberto Emmerich. "El autor señala peligros con acierto pero destrata al gobierno nacional como entreguista a la vez que le niega la potestad de remodelar las fuerzas armadas", asegura.
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Estoy de vacaciones y no conozco la interna de APU, pero esta nota de acerba crítica "por izquierda" con un titulo correcto no debería publicarse sin puntualizaciones. El autor señala peligros con acierto pero destrata al gobierno nacional como entreguista a la vez que le niega la potestad de remodelar las fuerzas armadas. En fin, palos porque bogas y palos porque no bogas. Le da mucha importancia al contagio del lenguaje de los medios hegemónicos, tributarios del Pentágono, y minimiza los reiterados y claros pronunciamientos del Gobierno acerca de que nunca jamás permitirá que sean las Fuerzas Armadas las que "combatan" (y aqui acuerdo con él, no debería usarse esa palabra) a los narcotraficantes. Y esto no es justo, ya que el gobierno acaba de pasar la competencia de la controvertida "lucha" del Sedronar al Ministerio de Seguridad, diciendo y repitiendo que nunca adoptará la via mexicana, esto es involucrar a las Fuerzas Armadas en la lucha contra carteles que, dicho sea de paso, entre nosotros no existen a menos que se considere tal a, por dar un ejemplo, la Policía de Córdoba.
De todas maneras, todo será paja y nada más que paja hasta que haya coincidencias en temas centrales: el tema drogas ilícitas solo puede resolverse volviéndolas lícitas a escala planetaria y eso es lo que hay que reclamarles de viva voz a los países centrales, que son los grandes consumidores. Como acaba de decir Obama la despenalización de la marihuana está en marcha, y en mi concepto lo mismo tiene que hacerse con la cocaína, a la vez que se haga una campaña seria y científica para explicar sus efectos perniciosos y desalentar su uso, de modo de acolchar las primeras épocas de libertad de consumo, donde siempre habrá gente que se intoxique, aunque es de esperar que menos que ahora, cuando inhala porquerías. Obviamente  los estados pueden garantizar la pureza de cuaquier sustancia y los mafiosos no pueden ni quieren hacerlo. En cuanto a las fuerzas armadas, los rojos, rojillos y rosados deben tomar posición acerca de si necesitamos tenerlas o no. Yo creo que si, y de eso se desprende todo lo demás.

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