martes, 21 de enero de 2014

ENTREVISTA "Las fuerzas de seguridad deben minimizar los daños, no agravarlos"

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Entrevista con José Luis Zerillo, de la Dirección General para la Promoción y Protección de los DD. HH. de Mar del Plata. Repudió la represión policial de la semana pasada durante una protesta por el aumento del boleto de colectivo.
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Por Fernanda Cientofante y Maximiliano Van Hauvart Duart
Zerillo es abogado por la Universidad Nacional de Mar del Plata. A su vez, es el Secretario Gremial de la Agremiación Docente Universitaria Marplatense (ADUM-CONADU-CTA). Conforma la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Es militante del Frente Nuevo Encuentro y fue candidato a Intendente de Mar del Plata durante los comicios del 2011. En octubre del año pasado, fue designado al frente de la Dirección General para la Promoción y Protección de los DD. HH. de Mar del Plata.
APU: ¿Qué fue lo que lo motivó a trabajar en derechos humanos?
JLZ: Comencé en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata como ayudante alumno en la Cátedra de Derechos Humanos en el año 1995. Y me recibí tres años más tarde, en 1998. Siempre acompañando a un docente dando clases o llevando adelante una temática específica simple para los mismos estudiantes. Algo sumamente propio de un ayudante. Y antes de recibirme ingreso a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Y mucho antes de todo esto que les estoy narrando, las experiencias personales: la indignación por la injusticia, por la desigualdad, por la situación de discriminación. Todo ese tipo de situaciones que de joven te rodean. La situación que te lleva a encontrar las herramientas para modificar y transformar la realidad mediante soluciones. Y por sobre todo, percibir en los Derechos Humanos relacionado, claramente, con la política dejando el lado teórico y académico. Encontrarlo desde la militancia social que utiliza las herramientas que, históricamente, ha sido apoderado a un sistema como lo es el derecho.
APU: ¿Cuál cree que es la situación, hoy en día, a nivel nacional y local, en materia de DD.HH?
JLZ: Nosotros tenemos una historia que es identitaria de la República Argentina y de toda Latinoamérica respecto a lo que es el terrorismo de Estado. Como vertiente, como eje de puntapié, de inicio, de agrupamiento en defensa de los derechos humanos.
Hoy, los derechos humanos, se pueden ver vulnerados en temáticas como la identidad sexual, personas con discapacidades, y todo un conjunto de problemáticas que siguen vigentes en mayor o menor medida. Sin ir más lejos, la violencia institucional es parte de una clara violación de los derechos humanos. El sistema de desigualdad social es la puerta para la vulneración sistemática de los derechos humanos. El Estado tiene que tener una mirada inclusiva en toda la política pública a través de los distintos estamentos y niveles institucionales. Esto genera los derechos humanos atraviese todas las orbitas del Estado.
Podemos decir que la Década Ganada refleja claramente el posicionamiento continental e internacional de la Argentina como pionero y profundizador en materia de derechos humanos. La batalla contra un sistema económico, que busca la desigualdad, como lo es el sistema capitalista, genera problemáticas en donde el Estado deber tener las herramientas y la capacidad de hacer frente. Y después, las problemáticas relacionadas a la desigualdad e inequidad deberán tener soluciones de carácter macro.
APU: ¿Cuáles son los desafíos que tiene adelante la Dirección en este año que comienza?
JLZ: Hemos empezado a diagramar políticas de medio y largo plazo que nos den, incluso, mayor nivel de visibilidad y previsión en el trabajo. Hemos fortalecido lo que ya venía siendo el trabajo de todos los días. Estamos pensando en la creación de mesas y espacios de trabajo con distintos grupos sociales. Buscamos tener una mayor injerencia ante violaciones de derechos humanos en la ciudad en lo que la actual reglamentación jurídica nos permite.
Por otro, nos parece sumamente importante tener y mantener una relación aceitada con los medios de comunicación masivos de difusión porque, es en definitiva, lo que te permite dar significado y dar significantes de determinados hechos. Cuando uno ve, que a un determinado grupo de la población le parece positivo que haya seres humanos que se agrupen parapolicialmente y piensen en ponderarse para poder a salir a patrullar las calles de la ciudad al margen de la ley, negativiza algo que se estaba naturalizando.
APU: Actualmente se discute sobre cambios en el código penal. ¿Cuál es su opinión al respecto?
JLZ: El Código Penal es un instrumento dentro de las competencias represivas del Estado que ha sido retocado y carece de una unidad de criterio. Esto se debe a que el Código (que es de 1921) ha tenido sucesivas reformas en las últimas décadas del sistema democrático a partir de las demandas sociales y esto lo ha vuelto muy inconexo y muy incoherente al punto que la Justicia ha declarado inconstitucional parte de la llamada "reforma Blumberg". Todo por la incoherencia de la sumatoria de penas. Es interesante el debate. El Código está para proteger derechos. Para sancionar conductas. Ahora, si el Código Penal, se vuelve irracional y por su propia dinámica, comienza a vulnerar derechos, en definitiva, contradice el por qué de su creación.
APU: ¿El actual Código Penal avala la demagogia punitiva?
JLZ: El Código Penal tiene algunas figuras penales, introducidas en las últimas reformas, que va en contra del sentido general del mismo. Las incoherencias, hoy vigentes, debe replantearse dentro de una lógica. Cuando Zaffaroni habla de la sumatoria de condenas como también de la cadena perpetua, en los foros de carácter internacional como continental, se sostiene y afirma que las condenas sirvan para resocializar. Ahora, cómo sirve eso para resocializar a un individuo si es condenado de por vida. Ahí, la lógica, tanto del Código Penal como del sistema penal, entra en contradicción y en una crisis sistemática.
APU: La demagogia punitiva va de la mano de la violencia institucional desde los estamentos del Estado y sus diversas instituciones. La Unidad Penal Nº15, de Batán, ha tenido muchas denuncias relacionadas con la vulneración de los derechos humanos por los ciudadanos detenidos.
JLZ: Tenemos enmarcados, a través de la ordenanza de creación y de un decreto reglamentario, cuáles son las competencias que nos competen. Las denuncias que podemos recibir las podemos tratar desde el ámbito administrativo. Lo que no tenemos es la competencia judicial. Con lo cual, la posibilidad de ordenar a otros órganos del Estado a tomar cartas en el asunto, queda totalmente fuera de nuestras posibilidades. Sí podemos dictaminar, como lo hace el INADI, sobre qué conducta es violatoria a los derechos humanos. Entonces, en el actual marco en el que se encuentra la Dirección, no tenemos esas competencias.
APU: Otra problemática vinculada con la violencia institucional tiene que ver con la represión policial. Hace poco, fueron reprimidos manifestantes durante una protesta por la tarifa del colectivo. ¿Cree que hubo abuso de autoridad y uso desmedido de la fuerza?
JLZ: Lo que creo es que tenemos una falencia, que nace y se origina, en no tener el control político claro y contundente sobre las fuerzas de seguridad como lo es la policía. Cuando hablamos de autogobierno policial se toma como ejemplo lo del otro día. Deberíamos contar con un actor político que dé cuenta de hasta donde es necesaria la intervención de una fuerza de seguridad para minimizar los daños. Las fuerzas de seguridad deben minimizar los daños, no agravarlos. Hay una ilegalidad clara por parte de los manifestantes en su forma de reclamo pero lo que menos se debería esperar de una fuerza de seguridad es que responda con una mayor ilegalidad en su accionar.
Fue, al final de cuentas, un uso desproporcionado y desmedido de la fuerza. Estas conductas no son propias para un sistema democrático que lleva treinta años sin interrupciones como lo fueron las intervenciones militares durante mucho tiempo.
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APU: ¿La solución para evitar abusos de autoridad y de violencia policial, no sería, nada más y nada menos, que la creación de una policía municipal con una nueva mirada en lo que refiere a la seguridad, integridad y control de situaciones como las que se vivieron en la ciudad?
JLZ: No es la solución mágica e instantánea como todo el mundo piensa que es. Es una problemática compleja pero creemos que es un camino en vías de solución. La creación de una policía municipal, en el ámbito, de la autoridad del jefe político local de turno elegido de manera democrática es una forma de poder ejercer el control sobre las fuerzas y, además, poder dar un proceso de democratización que ha fracasado. Algunos mencionan que la policía de hoy, es la de la dictadura. Es un error. Lo puedo entender hasta los años noventa. Pero ahora, en el año 2013, lo que vemos es la policía de los 30 años de la democracia. Si se crea una policía municipal es poder luchar y evitar que los vicios de otras instituciones de seguridad se vuelvan a arraigar en otra fuerza nueva.
APU: Mar del Plata tuvo durante el año pasado un llamado a referéndum para posicionarse a favor o en contra de la creación de una policía municipal. Pero días antes de la votación se canceló la votación. ¿Cómo vio o interpretó dicha medida?
JLZ: Desde el espacio político como lo es el Frente Nuevo Encuentro nos proclamamos de manera positiva sobre la Policía Municipal. Como fuerza política somos creadores del proyecto de ley más trascendente y más novedoso que existe en la legislatura de la provincia de Buenos Aires a través de nuestro diputado Marcelo Sain, que es el creador del proyecto de la Policía Municipal.
La cuestión que se instaló en el debate fue “más policías” y nosotros, desde nuestro espacio, salimos a discutir qué tipo de policía queremos. Buscábamos crear una policía de cero. Con un estamento democratizado y no militarizado como lo es en otras fuerzas. La gente quiere más. Nosotros queremos calidad. Por algo le decimos: No a la policía de Casal.
APU: Se decía que la Policía Municipal, en caso de ser formada, iba a ser entrenada e instruida por la policía bonaerense. 
JLZ: Claramente eso no iba a ser así. El proyecto contemplaba la creación de una Escuela de Formación de la Policía Municipal. No se puede formar a un cuadro dirigencial en materia de seguridad en un año. Necesitamos tener independencia a la hora de formar a nuestros hombres y mujeres sin acercarles los vicios que persisten en la actualidad.

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