lunes, 24 de febrero de 2014

PRECIOS CUIDADOS En Bahía Blanca se consiguen poco

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Un relevamiento realizado para AGENCIA PACO URONDO marca que el cumplimiento del acuerdo de precios en Bahía Blanca estuvo lejos del ideal. Sobre veintitrés productos relevados en cinco sucursales, casi un 70 por ciento no se encontraba en stock o no ofrecía el precio acordado.
Por Diego Kenis
La misma lista de productos que AGENCIA PACO URONDO utilizó para relevar valores y stock en supermercados adheridos al acuerdo de Precios Cuidados en Capital Federal y el Gran Buenos Aires fue guía para un relevamiento centrado en Bahía Blanca.
Como informó también este medio, la aplicación del acuerdo suscripto entre el gobierno nacional y varias cadenas de supermercados llegó varios días después habilitarse en territorio porteño, el Conurbano y la costa atlántica bonaerense.
Las empresas supermercadistas con presencia en la ciudad habían indicado que, pese a la firma, aguardaban indicaciones gubernamentales respecto a su aplicación en las sucursales bahienses. Esa fue la respuesta por ejemplo de la Cooperativa Obrera, que tiene su casa central en la ciudad desde su fundación en 1920 y había empezado al momento de la aquella consulta a aplicar los precios del acuerdo en sus sucursales marplatenses.
El relevamiento se efectuó en la semana que va del 10 al 17 de este mes, luego del viernes 7, fecha en que trascendió que ya la totalidad de los productos del acuerdo debían estar disponibles, e incluyó a tres sucursales de la entidad cooperativa y las que en la ciudad poseen las firmas Carrefour y Vea. El listado se compone de veintitrés productos de los rubros de almacén, bebidas, carnes y procesados, lácteos, limpieza, panificados, perfumería y verdulería. Buena parte de los números que aquí se ofrecen fueron recolectados a partir de un exhaustivo trabajo de cotejo realizado por una persona a quien su generosidad impide aceptar un reconocimiento más explícito. Su empuje y dedicación a la tarea debería resultar ejemplo de participación de todos los consumidores, entendiéndose parte de un Estado que suscribe un acuerdo con privados cuyo cumplimiento o incumplimiento los afectará individual, colectiva y directamente. De otro modo, ante un escenario negativo, los afectados podrán echar culpas al Estado para absolver las propias, pero la realidad seguirá corriendo en igual sentido al descuidado precio de la resignación o el desinterés.

Números, números
El total de productos relevados es de veintitrés en cinco sucursales. Es decir, 115. De ellos, en el global no se encontraban disponibles un 45, 21 por ciento y sólo en algunos casos se ofrecían productos sustitutos incluidos dentro del acuerdo. Un 24, 34 por ciento de los 115 estaban en góndola, pero más caros que lo que el convenio marca. El 30, 43 estaban disponibles al precio adecuado, en una minoría de los casos sin cartel indicador. Y, de ellos, nueve se encontraban más baratos. Es decir que, en sentido estricto, en un 69, 55 por ciento de los casos no se encontró en góndola la posibilidad de consumir de acuerdo al listado de Precios Cuidados.
De los rubros revisados, los mayores faltantes se registraron entre los panificados, donde no se relevó ningún producto que se encontrara en góndola a precio de acuerdo y sólo en tres casos se lo encontró pero a valor más alto, y en las carnes y procesados donde en sólo tres oportunidades se cotejó cumplimiento, en dos la existencia de stock pero a precio más caro y en diez la ausencia del producto. Si se toma en cuenta el incumplimiento en sentido estricto, es decir considerando no sólo los faltantes de mercadería sino también su disponibilidad pero a valor más elevado, al segundo lugar trepa el rubro de los lácteos, donde se observó un mediano 26, 66 por ciento de faltantes pero un alto 60 por ciento de presencia en góndola a precios mayores a los estipulados. El mayor cumplimiento por rubro en el total de sucursales se dio entre los productos de almacén y perfumería, aunque siempre menor al porcentaje de incumplimiento.
De las sucursales, el mayor grado de faltante se dio en la local de Carrefour, donde sobre veintitrés productos relevados se encontraron tres con su precio cuidado, otros ocho disponibles pero a valor más alto y doce sin presencia en góndola. La Cooperativa Obrera del centro de la ciudad, el Hipermercado de esa empresa social en el barrio Universitario y Vea compartieron el segundo lugar en la nómina, con dieciséis incumplimientos, entre faltantes y precios más altos que el acuerdo. La más cumplidora fue la sucursal del barrio Universitario de la Cooperativa Obrera, que tenía disponibles y en precio once de los productos relevados. Ocho de los nueve que en el global se cotejaron más baratos que lo acordado se encontraron en las sucursales visitadas de esa cadena, que tiene su casa central en Bahía Blanca. De los nueve, tres pertenecían al rubro verdulería, otros tres a limpieza, dos a lácteos y uno a carnes y procesados.

A la mesa
Pocos días atrás, la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) resaltó que el acuerdo se estaba respetando en un 86, 62 por ciento en los locales adheridos de Bahía Blanca. El relevamiento de AGENCIA PACO URONDO, como ha quedado expresado, no coincide con esa cifra.
Ambos resultados pueden ser verdaderos, aunque lo arrojado por la muestra tomada por este relevamiento propio dista tanto del elevado número ofrecido por la OMIC que sólo sería atribuible al azar de elegir cinco locales donde buena parte de los veintitrés productos de la selección no estaban disponibles a la hora en que se realizó la consulta en góndola, lo que no obstante no es imposible. Queda por conocer aún el grado de cumplimiento en las semanas que siguen al desembarco inicial del acuerdo en la ciudad, y en qué medida éste se cumple en la región, donde la adherida Cooperativa Obrera posee buena parte de su centenar de sucursales.
Una constante que se repite en los supermercados visitados es que algunos de los productos se encuentran unos centavos más caros de lo que el propio cartel que los marca como “Precios Cuidados” debería indicar. En muchos otros casos, no están señalizados y la diferencia es mayor o no hay a la vista de góndola. Ante la consulta por pollo congelado y carne picada, en el Hipermercado de la Cooperativa Obrera del barrio Universitario indicaron que acercándose la hora de cierre era imposible comprarlos, porque se habían agotado.
La ausencia de carteles o de mercadería puede revelar dos fenómenos a trabajar, que no se excluyen entre sí. Una estrategia empresaria, en cualquiera de ambos casos. O, en uno u otro: la ausencia de personal que reponga góndolas y actualice los carteles, y la necesidad de comprar una cantidad de mercadería que haga frente a la demanda. Su juego con la oferta, se comprueba una vez más, no es siempre tan libre, porque quienes demandan siempre deben hacerlo en los productos básicos y quienes ofertan pueden no cumplir su parte. En este último caso, si la responsabilidad no es de los supermercadistas sino de los proveedores o productores, la mirada deberá volcarse hacia ellos con idéntica ecuación.
Las conclusiones que aquí se ofrecen están obtenidas a partir de una muestra de productos, casi la totalidad de primera necesidad (excepto las tres bebidas y un pan lactal), en cinco sucursales y son además transitorias a la hora de evaluar el desarrollo de un acuerdo firmado entre el Estado y un grupo de privados. Pero para el consumidor, en especial para aquel que forma parte de la mayoritaria clase trabajadora y en particular para los atrapados por la economía informal, los incumplimientos enumerados pueden constituirse en el problema de qué llevar a la mesa a fin de mes.

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