martes, 25 de marzo de 2014

DDHH La Matanza: las huellas de la dictadura

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Historias de dolor y lucha en el distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires. Epicentro de un gran activismo militante y sindical, La Matanza sufrió la crudeza del terrorismo de Estado. El caso emblemático de la empresa Mercedes Benz.
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Una nieta de luz en La Matanza, por Gabriela Medina
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Por Camilo Carbonelli
Los jóvenes tienen que saber qué pasó en Matanza, qué les ocurrió a sus vecinos”, reflexiona el historiador Carlos Boragno, quien desde hace un tiempo trabaja en una serie de libros que interrogan sobre lo que ocurrió durante la dictadura en el distrito más poblado de la provincia de Buenos Aries. Y advierte que aún hoy, casi 40 años después, muchos familiares de víctimas continúan teniendo miedo de contar qué pasó con sus seres queridos. Algunas de esas historias de dolor y lucha se recuperan en este dossier. Entre ellas, sobresalen las trayectorias de agrupaciones como HIJOS o la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos.
La Matanza fue históricamente uno de los centros industriales más importantes del país. De allí, que fuera epicentro de mucha militancia juvenil y gremial. No casualmente, la represión de la Dictadura golpeó con fuerza en la zona. Entre 1976 y 1983 funcionaron en suelo matancero 13 centros de detención clandestinos. El Vesubio es el más emblemático: se estima que pasaron por ese lugar alrededor de 400 personas.
Según los datos provisorios del libro "Nunca más", de la CONADEP, se registraron en La Matanza alrededor de 600 desapariciones. Diferentes investigaciones consideran que, en realidad, el número definitivo es superior.
Entre esas desapariciones, son conocidos públicamente los secuestros de 14 delegados de la automotriz alemana Mercedes Benz, que ocurrieron entre 1976 y 1977. Algunos de los trabajadores fueron “detenidos” adentro de la propia fábrica, como documentó con valentía el sobreviviente Héctor Ratto. El caso continúa impune, aunque algunos directivos de la empresa ya comenzaron a visitar los tribunales.
En el último artículo del dossier, acierta Gabriela Medina cuando aprovecha la noticia de la nieta recuperada 110, ¡una joven matancera!, y la vincula con la historia de toda una comunidad. “Muchas historias similares que aun no salen a la luz. El grado de actividad política ejercida por los militantes de nuestro partido, los niveles de organización sindical alcanzados en las fábricas matanceras”, reflexiona.
FOTO: Monumento en el lugar donde funcionaba El Vesubio

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